martes, 24 de diciembre de 2013

Felices Fiestas y Feliz 2014

Con la imagen de un Trabazos de hace no tantos años, en el que aún se sembraban de centeno parte de la tierras, pero en las que la fisonomía de la parte vieja del pueblo, desde lejos, parece poco cambiada, este blog desea a todos sus visitantes unas felices Fiestas de Navidad y un venturoso año 2014.

No sería justo olvidar a aquellas personas que nos dejaron y que estaban muy unidas al pueblo como es el caso de Hortensia Cañal y José Moro. Para sus familias nuestro afecto y nuestro sincero pésame y para ellos nuestro recuerdo. ¡Descansen en paz!

Nota: Ha habido un fallo, un despiste que rogamos a las familias Moro Carrera nos puedan disculpar. Olvidamos incluir entre las personas de Trabazos que nos dejaron a Alfredo Moro, una persona muy unida, él y su esposa, a nuestro pueblo. A nuestro sincero pésame unimos nuestras sentidas disculpas. ¡Descanse en paz él también! 

Un fuerte abrazo virtual para todas y para todos.


viernes, 25 de octubre de 2013

Los trabajos y los días

No hace tantos años que la vida de nuestro pueblo de Trabazos venía marcada por los trabajos o faenas de cada estación. El otoño o "Samiguiel", (San Miguel) era época de cosechar los frutos, de vendimiar las uvas pero también de hacer las sementeiras, con la siembra del centeno en todo el espacio aprovechable.

Hoy, una mirada al entorno del pueblo nos pone al descubierto ese gran cambio. Son otros tiempos y otras circunstancias. Algo se mueve en el pueblo. Algunas de sus gentes han ido arreglando viejas casas o construyendo otras nuevas. La fisonomía de viejo casco urbano está cambiando.

Pero en este post quería pedir prestadas un par de fotografías a nuestros amigos y vecinos portugueses de la comarca de Trás Os Montes. Esa zona, al norte de Portugal, fronteriza con Zamora y con Ourense, a un tiro de piedra de la Cabrera. Allí se han conseguido conjugar algunas estampas del pasado con la vida real del presente. Un par de estampas en las que podemos ver algo que muchos de nosotros vimos en Trabazos hace bien poco. Un sembrador de centeno a nuestro propio estilo y una estampa en la que la labor de "asucar" tiene ese doble significado de un trabajo y una enseñanza.




lunes, 16 de septiembre de 2013

Los tiempos y las gentes...


En el pasado, una de las tareas habituales en el pueblo era el pastoreo de sus ganados, llegando a ser varios los tagayos o rebaños de cabras y ovejas, junto a la veceira de las vacas, siendo por tanto varios los pastores que se juntaban por los montes.
La relación con los de los pueblos limítrofes solía ser buena, pero antes de compartir juegos, pláticas e incluso viandas, cuando se avistaban por los distintos valles y aún antes de conocerse, jugando con las palabras, las voces y los ecos, se dedicaban  a grandes voces ingeniosas, graciosas y punzantes pullas los unos a los otros, sin que nadie se molestara por tal costumbre, ni el calibre que éstas tuvieran. Parece ser que también se extendía entre los del mismo pueblo, sirviendo para la chanza con diversos y finos fines.
Seguramente el repertorio era muy amplio, pues la imaginación de algunos daría para hacer todo tipo de composiciones. Aquí quedan algunas de ellas, recogidas por Lucy de la biblioteca viva que ahora son nuestras madres y abuelas, gracias por llenar este rincón con vuestra sabiduría y memoria.

* ¡Oye! para que quieres el pelo si no lo sabes peinar, para que quieres amores si no los sabes cuidar.

* ¡Oye! ahí te va una pulla por debaxo d'un escambrón, así te quedes dormida pa verte el repelón.

*¡Oye! Ahí te va una pulla con sal y vinagre, el caballo del cura judíu a tu madre.

*-¡Oye  muchacha! ¿quieres cambiar la racha por la flor de la remolacha?
  -Yo nun quiero cambiar nada a cambio de ninguna flor, métete la llengua nu culo que te vai a ser mejor.

*¡Oye! ahí te va una pulla por debaxo d'una escoba, ojalá mañana a estas horas tengas una dixoba.

*¡Oye! retírate de mi presencia, cara de estrecho candil, pucheiro de cocer mocos, barriga de tamboril.


Saludos para todos.


miércoles, 21 de agosto de 2013

Usos y costumbres, el llantén...


Tiempos pasados, en los que muchas veces las tradiciones marcaban el camino a seguir, pues de alguna manera había que enfrentarse a la cruda adversidad. Unas veces con remedios más caseros, otras acudiendo con fe al socorro divino, en algunas uniendo lo uno a lo otro.
Ante la enfermedad, más si cabe cuando afectaba a los más pequeños, había que buscar sin descanso el posible remedio. Las plantas siempre formaron parte de esos cuidados, pues conocidas eran sus propiedades y beneficios en tales circunstancias.

Una de las utilizadas en el pueblo para los cuidados sanitarios era el llantén, siendo el que tiene las hojas más anchas y color más desvayíu o claro, con los bulbos alargados el utilizado (llantén mayor).



Planta herbácea, que crece en los praos, las zonas húmedas de caminos y presas de riego. Es de hojas perennes, que son éstas las que se aprovechan junto con una especie de bulbos o pequeñas espigas. Se recolectaba en el momento de su preparación según las necesidades de uso, para que estuviera bien fresquito.
Parece que sus propiedades son varias, como expectorante, astringente, antiséptica y depurativa, siendo por tanto muy utilizada para enfermedades respiratorias. Pero en el pueblo, su uso principal era para tratar la fiebre y las anginas en los más pequeños, habituales cuando corría más curisquio o frio, teniendo una preparación determinada, que es la siguiente: seis hojas de llantén, una cucharada bien amuroucada o llena de miel y una de vinagre. Después de preparada la cocción, se le daban 1-2 cucharadas cada cierto tiempo, siempre según la importancia que tuviera la dolencia del rapaz, y se le mandaba que hiciera gárgaras, que no es lo mismo que mandarle a hacer gárgaras.
Si  no se pasaban las fiebres, siempre quedaba intentar paliar el problema poniendo en práctica otro remedio, con mucha fe, claro, que consistía en pedirle muy de veras a un santo influyente del pueblo, o al mismo Señor:

que ños libres de las fiebres
que deben ser extranjeras.

Un saludo para todos.

Emiliano



miércoles, 31 de julio de 2013

Santiago de Trabazos




Las Fiestas mayores de Trabazos fueron, y al menos litúrgicamente siguen siendo, el día de Santiago, 25 de julio y el 26 día de San Joaquín y Santa Ana, (los padres de la Virgen María). A ello se añadía siempre el "Domingo de Despuéis".

No hace mucho que, a pesar del tiempo transcurrido, la fiesta mayor de Santiago llenaba la iglesia de gente. La segunda foto así lo atestigua. En la primera aparece el Santiago, llamado también "Santiago el Ñuevo", en contraposición a la bella imagen de "Santiago el Viejo", que está colocado en la parte alta del retablo barroco, fechado según consta en su base, en 1763.

Nuestra iglesia de Trabazos está hecha de remiendos. La puerta de entrada tiene una construcción de piedra de sillería que, aunque desgastada y repintada, nos habla del apóstol Santiago con sus vieiras o conchas del peregrino. No hace falta hacer ningún ejercicio de razonamiento histórico para llegar a la conclusión que estas piedras y esta entrada formaban parte de una iglesia anterior, una iglesia seguramente románica, dada la estructura de la misma. Algunas piedras nobles en su interior también nos llevan a esta conclusión, añadiendo a ello la pila de bautismo, (¿tal vez una vieja pila de "bautismo por inmersión"?).

Es sabido, y rigurosamente cierto, que un Camino de Santiago antiguo venía de Sanabria, teniendo en Iruela un hospital de peregrinos. También que en Trabazos y en Silván existían y existen iglesias dedicadas al culto del apóstol Santiago. Es más, aún a falta de citar la reseña histórica, sabemos que Trabazos se llamaba anteriormente "Santiago de Trabazos" o "Trabazos de Santiago"

, y su ubicación era otra. La tradición lo coloca en la "Caliyona", siendo el "Turriyón" su torreón defensivo.

Tal vez algún día podamos publicar la historia de nuestro pueblo. Una historia antigua y rica que contrasta con el abandono y pobreza actuales.


Un cordial saludo para todos y feliz verano (que será invierno para nuestros numerosos y queridos amigos de Argentina).

Jerónimo

lunes, 1 de julio de 2013

Trabazos y sus casas


Una manera práctica de cerrar las solanas y balcones, y también la tabiquería interior, era utilizando los materiales sencillos y económicos que brindaba la naturaleza: las cañas o ramas y el barro. Aún quedan, aunque cada vez menos, ejemplos que, si sabemos buscar en los rincones de nuestro Trabazos, nos dan una idea de lo que fue. El ladrillo no existía y la piedra en estos casos no era necesaria, era pesada y ocupaba un espacio excesivo, restando habitabilidad.

Y luego tenemos la utilización de unos cimientos naturales que brindaba el terreno:

¿Qué mejor cimiento que las rocas sobre las que se construían las casas?. Una forma práctica y segura que daba a la construcción una impronta de seguridad y durabilidad. ¿Cómo se llamaban estos cimientos naturales?: "Llizazas". Nuestro amigo Manolo, el cura, tan versado y aficionado a buscar en los orígenes me decía que "llizaza" viene de "lizos", raíz griega que significa piedra. Y digo yo, ¿cómo llegó y perduró una palabra griega en el vocabulario cabreirés?.

Feliz verano.
Jerónimo


martes, 4 de junio de 2013

Usos y costumbres, los testigos...



Aunque la confianza y buena fe eran valores que solían estar presentes entre los vecinos del pueblo, había ocasiones y quehaceres que tenían que poder ser demostrados, pues alguna vez también surgían diferencias entre el paisanaje.
Es el caso de los testigos, pequeños palos usados en la labor de tapar o taponar y soltar o destaponar los pozos de agua, utilizados para el riego de los coutos o praderas comunales. Se hacía, como tantas cosas, por turno la velía, pasando de un vecino a otro independientemente del número de animales que hubiera en la casa. Según la época y  la cantidad de agua que hubiera se soltaban y regaba una o dos veces al día, cuando había más cantidad se hacía por la mañana y por la noche, cuando había menos solamente una vez al día.
La forma de pasar el turno eran unos palos o testigos que tenían unas formas y marcas determinadas, siendo diferentes entre sí para un mismo couto, pero también eran distintos según la pradera a la que correspondieran (Trillucastro, Sacediellos, La Guzadeira, etc.)  siendo así fácil poder demostrar que el trabajo estaba hecho en tiempo y forma.
Después de soltar el pozo con el furganeiro (palo más o menos largo) si era más alto, o con la misma eixada o azada si era menos, y una vez que ya estaba vacío, se volvía a tapar, dejando uno de los testigos clavado al lado del bocín o agujero practicado en la parte baja de una baldosa, puesta verticalmente en el lado inferior del pozo por donde salía el agua para el riego, recogiendo el que tenía puesto y que servía precisamente de testigo del trabajo realizado. Luego era entregado al siguiente vecino para que éste procediera con la misma tarea.
Cuando había cortinas o tierras de labor con fruto u hortalizas para regar, se compaginaba en el tiempo el reparto del agua, estando regulado dependiendo de la zona que se tratara.

Gracias, Moisés, por tu aportación.

Un saludo para todos.


Emiliano

martes, 30 de abril de 2013

Juegos populares, el palillo...




Uno de los juegos muy practicado en el pueblo era el palillo, también llamado billarda, habitual entre los pastores (rapaces y mozos) cuando nos juntábamos con las vacas en los coutos, contribuyendo a que  en alguna ocasión los animales estuvieran más o menos vigilados.
Para jugar eran-son necesarios dos palos, uno más largo de unos 70 cm. y otro más corto de aproximadamente una cuarta ó 20 cm. afilado en los extremos para facilitar el juego, que es precisamente el que le da nombre a este entretenimiento, llamado palillo.  
Es un juego que solía ser individual, aunque también se podía practicar por grupos, para sumar entre ellos los puntos conseguidos, pudiendo participar un número variado de jugadores. El orden de juego es por sorteo, decidiendo también el número de varas (medida del palo largo) a las que había que llegar (200-300), teniendo en cuenta el tiempo disponible para ello.
Consiste en golpear con el palo largo un extremo del palillo, colocado éste en una puchaca u hoyo en el suelo o sobre una piedra plana, el golpe lo hace saltar y cuando está en el aire se le da otro golpe fuerte, para que el lance sea lo más largo posible, disponiendo para ello de hasta tres intentos, siempre que no hubiera una distancia mínima de tres varas.
El segundo participante, colocado en la dirección que supuestamente va a ir el palillo, intentará cogerlo antes de que caiga al suelo, si lo consigue gana el turno, si no, tiene que lanzarlo e intentar darle o matar al palo que el primero dejó perpendicular junto a la puchaca o piedra, ganando el turno si lo consigue. Si no consigue matar, el primero vuelve a lanzar desde donde quedó el palillo, disponiendo también de tres oportunidades, y según la distancia conseguida pide un número de varas, si están de acuerdo las suma, si no, tiene que medirlas y si se excedió las pierde, pasando el turno al siguiente.
Siempre existía el riesgo de recibir un palillazo, por lo que el juego solía ser entre iguales de tamaño. Claro que alguna vez la puntería no era muy precisa, provocando algún daño a personas o animales, lances del juego, también.

Un saludo para todos

Emiliano

domingo, 10 de marzo de 2013

Acertijos, adivinanzas, cusillinas...



Las adivinanzas y acertijos  son expresiones que también forman parte de la tradición oral, repetidas a lo largo del tiempo por los pastores, en los seranos, en los juegos de los abuelos, padres y niños. Son una parte más de la rica cultura popular.
En fin, aquí quedan unos pocos:

* llevanta la manta,
  prepara el buracu,  ----> Meter el pan en el horno con la pala.
  tiesa la tengu
  metértela quieru.

*LLarga llarga cum'una soga,   ---->El subiau o zarza.
 y tien dientes cum'una lloba.

*Arca redonda
 de buen parecer,            ---->El concho o nuez.
 que nun hay carpinteiru
 que la sepa facer.

*Onque tengu patas,
 nun me puedu mover,    ---->La mesa.
 llevu'l caldu a cuestas
 y nun lo puedu comer.

*Desde lo altu da voces,
 y onque sol tien un diente,  ---->La campana
 bien avisa a toda la xente.

*Redondín, redondón,     ---->El huevo.
 nun tien boca nin tapón.

*Redonda cum'una taza  ---->La cebolla
 y tien pelos na panza.

*El pozu fondu,
 la soga llarga;            ---->La boca y el brazo.
 espurrida nun chega,
 y encuyida si alcanza.

*Cunu  picu pica,
 cunu culu aprieta;    ---->La ahuja o aguja.
 y cunu que cuelga,
 tapa la grieta

*Redondu redondu,
 cumu una peseta,           ---->El anillo
 y a las mozas yes gusta
 que ye lo metan.

Un saludo para todos.
Emiliano

viernes, 11 de enero de 2013

Usos y costumbres



Las limitaciones hacen que los recursos florezcan para afrontar las dificultades, situaciones complejas, dolorosas y a veces de difícil comprensión.
En el afán de cuidar y proteger, se enmarcan las costumbres en el cuidado de los más pequeños. Al recién nacido, después de lavarlo y limpiarlo (según la época y la temperatura) se le ataba el cordón umbilical con un hilo de lana o lino, aplicándole en ocasiones una tela de grasa (sebo) de algún cordero lo más pequeño posible. Hay distintas versiones sobre estas costumbres, algo que supongo lógico según como fueran las cosas, pues en alguna ocasión delicada llegaban a frotar al bebé con lucerina o petróleo, con lo que la situación más bien empeoraba, confiando en que seya lo que Dios quiera.
Luego venía el enfachar, embruyar o enfajar para evitar posibles deformaciones o vicios en extremidades y columna, siendo también más fácil el poder transportarlos a los distintos sitios. Se le ponía una camiseta o blusa, luego un paño o sabanilla y si hacía más frío una mantita, sobre todo esto se enfachaba al niño con un ouriello o tira larga y estrecha de lana o lino tejido a mano; bien apretado, se empezaba por los pies hasta llegar a los hombros, con los brazos bien estirados durante más o menos una semana, luego se le dejaban libres enfajándolo hasta los sobacos o axilas durante medio o un año, según que fuera verano o invierno. Los pies también se le tapaban más o menos según el frío que hiciera.
Cada vez que se manchaba tenían que deshacer, cambiando los paños de lino que alguna vez pasaban por la lumbre, unas para que secaran y otras para purificarlos , volviendo a hacer de nuevo todo el proceso. Esto no evitaba que alguna vez aparecieran las dixovas o escoceduras, tratadas con polvos de talco; si bien hace más años, parece que alguien también pudo usar  productos más naturales como el caronxo o polvo de la madera.
Es una práctica que no se remonta a muchos años atrás (o si), pues a mi generación también ños enfachonon, siendo probablemente de los últimos.
Había ocasiones que surgían problemas de salud como la tericia o ictericia, en cuyo caso, como nos cuenta doña Concha Casado en su libro: "El nacer y el morir en tierras leonesas", una costumbre practicada alguna vez era llevar al niño a una corriente de agua, poniéndole una ramita de marrubio en la faja y pronunciando un ensalmo que dice así:

"A verte marrubio, vengo,
entre la luna y el sol,
que me quites la tericia
y me vuelvas la color".




En algún pueblo cercano, parece que esta planta también era empleada contra el mal de ojo, frotando a la persona afectada de abajo arriba sin pronunciar ensalmo alguno; incluso como protección de las cosechas, supongo que sin nada que frotar, en fin.

Un saludo (sin enfachar) para tod@s.

Emiliano