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| Fotografía de Manuel Cuadrado - Año 2011 |
Entre los diferentes juegos practicados por la rapaciada del pueblín, algunos podían resultar un poco brutos, pero con algo de precaución no solían ocurrir problemas mayores, resolviendo los imprevistos en el momento.
Entre ellos estaba el juego de "saltar al burru". Consistía en que, uno de los rapaces que hubiera en el grupo, en principio por sorteo, se flexionaba poniéndose de rodillas mientras el resto lo iba saltando por encima, sin rozarle con las piernas o pies, solamente apoyando las manos en su espalda.
Los más pequeños podían tener dificultades
para aguantar el peso de los mayores, así como también para saltarlos. Se hacían grupos teniendo esto en cuenta, pero no siempre era bien asimilado por el pequeño, ya que el estar en el grupo de mayores suponía un plus, aunque ello le conllevara algún apuro.
Cuando todos habían saltado al burru, que así se le llamaba, éste se elevaba un poco más y comenzaba otra ronda de saltos. Así sucesivamente hasta que alguno le rozaba o simplemente no podía saltarlo, pasando a ocupar éste su lugar.
Un saludo.
Emiliano
