Aunque la confianza y buena fe eran
valores que solían estar presentes entre los vecinos del pueblo, había
ocasiones y quehaceres que tenían que poder ser demostrados, pues alguna vez también
surgían diferencias entre el paisanaje.
Es el caso de los
testigos, pequeños palos usados en la labor de tapar o taponar y soltar
o destaponar los pozos de agua, utilizados para el riego de los coutos
o praderas comunales. Se hacía, como tantas cosas, por turno la
velía, pasando de un vecino a otro independientemente del número de
animales que hubiera en la casa. Según la época y la cantidad de agua que hubiera se soltaban
y regaba una o dos veces al día, cuando había más cantidad se hacía por la
mañana y por la noche, cuando había menos solamente una vez al día.
La forma de pasar el turno eran
unos palos o testigos que tenían unas formas y marcas determinadas, siendo
diferentes entre sí para un mismo couto, pero también eran distintos
según la pradera a la que correspondieran (Trillucastro, Sacediellos, La Guzadeira, etc.) siendo así fácil poder demostrar que el
trabajo estaba hecho en tiempo y forma.
Después de soltar el pozo con el furganeiro
(palo más o menos largo) si era más alto, o con la misma eixada
o azada si era menos, y una vez que ya estaba vacío, se volvía a tapar,
dejando uno de los testigos clavado al lado del bocín
o agujero practicado en la parte baja de una baldosa, puesta verticalmente en
el lado inferior del pozo por donde salía el agua para el riego, recogiendo el
que tenía puesto y que servía precisamente de testigo del trabajo realizado.
Luego era entregado al siguiente vecino para que éste procediera con la misma tarea.
Cuando había cortinas o tierras de
labor con fruto u hortalizas para regar, se compaginaba en el tiempo el
reparto del agua, estando regulado dependiendo de la zona que se tratara.
Gracias, Moisés, por tu
aportación.
Un saludo para todos.
Emiliano
2 comentarios:
Hola anónimo,después de traducir tu texto, pues no soy conocedor del inglés, me alegro de que te interesen los distintos post que vamos compartiendo.
No se donde puedes encontrar más información. Tal vez buscando en páginas de cultura tradicional de la montaña leonesa, de la Cabrera en León, de pueblos de España.
Suerte con la presentación que tienes, me alegra saber que hay personas por el mundo que le interesa nuestra cultura.
Un saludo.
Emiliano
Caramba, esto sí que es una novedad para mi. No lo recuerdo. Claro que a los 12 años me fui del pueblo y solamente volvía en los veranos, como bien sabes Emiliano. Tendré que hablar con Moisés para que me informe en detalle.
Lo que sí conocí y conozco era la curiosa forma de ordenar los riegos y cuadriellas en los dos pozos del pueblo. Todo un arte que seguramente se perderá. Anímate Emiliano y resúmelo como tan bien haces en uno de tus posts. La importancia de este modo de riego llevó a los de Castrohinojo a decir aquello de: "Recrista, los de Trabazos andan regando todos a las treinta y cuatro".
Enhorabuena de nuevo, Emiliano.
Ahhh, y olvídate de los capullos que ponen comentarios sin sentido. Ya pondremos un cortafuegos o similar.
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