Lo
hemos comentado en varias ocasiones, pero es que ellas son la vida, nuestra
vida, las verdaderas protagonistas de pequeñas historias que marcaron tiempos
en los que ellas, nuestras madres (sobre todo) conseguían lo impensable para cuidar
a los más pequeños, algo habitual, por otro lado, pero en aquellos tiempos con
más mérito si cabe, pues los medios eran demasiado escasos.
"Quien
me diera tener una madre onque fuera d'escambrón, por mala que me fuera yía
madre del corazón". A alguien se lo oí, cualquiera con gran añoranza de un
cariño muy especial.
Cuando
consideraban que la leche materna disminuía y el ñiño pequeñín necesitaba
algo más de alimento, pasaban a prepararle una papilla a base de patata cocida
con yema de huevo, siendo algo así como el inicio en la más o menos variada degustación
alimenticia.
Más
adelante ampliaban el menú introduciendo otros manjares, como las sopas
de cachorro, que consistían en poner a hervir o ferver pan con agua y un
poco de aceite.
Por
otro lado, algo así como un buen complemento a lo anterior, estaban aquellas entrañables,
rememoradas y añoradas nanas que nos cantaban para serenarnos, dormirnos y arrollarnos
en su cálido regazo, trasmitiendo todo el calor de madre (casi nada):
"Ron, ron mi ñiño ron,
que tou padre foi a Lión,
y tu madre a la carreta
y nun te quiso dar la teta.
Ron, ron mi ñiño ron…"
***
"Este ñiño tien sueño,
tien ganas de dormir,
un ojo tien cerrao
y l'outro nun lo puede abrir.
Ron, ron mi ñiño ron…"
Las
necesidades llegaban a todos, por lo que no era de extrañar que alguno
aprovechara la oportunidad para resarcirse y poder "comer xixa con xixa, que más veces cumiu pan con pan".
Un
saludo para todos.
Emiliano
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