Uno
más de los distintos juegos que practicábamos en el pueblín, era el de la
cocha o la reca, sirviendo como entretenimiento en los largos días de
pastoreo, mientras se esperaba la veceira en el Pozo los Caleyos, u otros
de los momentos que siempre había, aportando también valores en la convivencia
continua entre unos y otros.
Es
un juego individual, si bien pueden y deben participar un número variado de
jugadores, teniendo un cierto parecido, con algo de imaginación, con el hockey
de hoy.
Se
hacía un hoyo o puchaca un poco más grande en el suelo, también llamado curteyu,
y otros más pequeños alrededor, a unos ocho o diez pasos de distancia del
primero, sumando en total tantas puchacas o casas como jugadores
había. Cada uno disponía de un palo más o menos robusto, actuando uno de ellos como
director del juego y quedándose al lado del hoyo grande como cucheiro
y protector, con un morrillo o una bola de madera dura
como la uz o urz, llamada precisamente reca o cocha. Comenzaba el
juego dándole éste con el palo y lanzándola lo más lejos que puede. Consistiendo el juego en que los demás intenten meterla en la
puchaca grande, que el primero protege con el máximo ahínco, sin
descuidar su agujero o casa para que nadie lo ocupe y quedar
eliminado, el que consiga meterla nu curteyu u hoyo grande gana y
sustituye al mal guardador, que pasa a ocupar su lugar.
Un
poco lioso me queda ¿no?…en fin. Parece que puede haber alguna variante, o tal
vez con el tiempo se cambiaran y adaptaran algunas reglas, pero la esencia del
juego yo creo que era siempre la misma.
Un
saludo.
Emiliano
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