Después
de probar una pomada-ungüento que mi tía Sara me regaló, puedo constatar que
efectivamente tiene unas propiedades muy beneficiosas para la piel, algo
comprensible por los ingredientes que la componen. Todos ellos tienen una serie
de propiedades comunes como: antiinflamatorios, cicatrizantes, antioxidantes,
antisépticos, bactericidas, analgésicos, a las que se pueden añadir otras que
las diferencian y también complementan.
Todos
son plantas y productos naturales, fáciles de conseguir unos y sencillos de
recolectar otros en el pueblín, por lo que bien merece la pena dejar constancia
de su preparación, por si alguien se decide a elaborarla. Gracias Sara (tía
Sara) por compartirla con nosotros.
Estos
son los ingredientes:
-Cien
gramos de cera virgen de abejas.
-Un
puñado d hojas de llantén.
-Una
rama de romero.
-Un
puñado de flor de maravilla (caléndula).
-Dos
vasos (400 ml) de aceite de oliva virgen.
Para
la elaboración, por un lado se derrite la cera al baño maría y por otro se
fríen muy despacio las hierbas y flores en el aceite hasta que estén casi
tostadas, se cuela bien y se añade a la cera caliente removiendo bien la
mezcla. Antes de que enfríe se vierte en los envases para su uso y
conservación. Con las plantas y flores no hay una medida determinada, por lo
que el farmacólogo de turno dejará su impronta en ella.
Su
utilidad principal siempre fue como antiséptico para las quemaduras, fridas
o heridas y dermatitis en general, pues desinfecta, nutre y estimula la
regeneración de la piel. Tal vez por ello se la conoce como "la pomada
para las fridas o heridas".
Según la sabiduría popular " sirve para casi todo, aplicada en las zonas
doloridas alivia los síntomas, en las heridas las protege y desinfecta, hidrata
la piel y hace desaparecer las manchas". En fin, completita.
Un
saludo.
Emiliano
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