
Cuando un animal u objeto se perdía, una persona tardaba en llegar al destino, o situaciones parecidas, era habitual pedir protección rezando el responso a San Antonio. Santo este que siempre tuvo mucha devoción entre la gente del pueblo.
Parece ser que no todas las personas tienen la misma facilidad, pues dependiendo del “arresponsiador-ora” incluso nos puede decir si el animal esta vivo y donde; siendo importante que salga todo de corrido para que tenga más valor.
Como se ha trasmitido de forma oral, supongo que habrá distintas versiones, la que me recitó mi madre es la siguiente:
Bendito San Antonio
que nos tenga de su mano;
que el Rey bendito nos eche
la bendición con su mano.
Si buscas milagros, mira;
muerte y horror desterrados,
miseria y demonio idos,
leprosos y enfermos sanos.
El mar sosiega su ira,
rediman encarcelados,
miembros y bienes perdidos,
recobran mozos y ancianos.
Gloria al Padre,
gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo.
Dios trino y uno,
por los siglos
infinito y alabado.
Ruega a Cristo eternamente,
Antonio divino y santo,
para que dignos así
de tus promesas seamos.
Señor, oye mi oración
pues a ti suplico y llamo,
mis súplicas a ti lleguen
donde hallo favor y amparo.
De la súplica votiva,
de la bienaventurada,
San Antonio tu confesor,
alegra tu Iglesia
para que siempre se halle fortalecida
con socorros espirituales.
Amén
Emiliano