
En Trabazos, por lo que conocemos, no podemos presumir de un premio Príncipe de Asturias, año 1997, como don Amable Liñán Martínez, nacido en Noceda y, después de unos años de niñez en la Maragatería, trasladado a Madrid en donde realizaría una brillante carrera como Dóctor Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnca. Estamos hablando de uno de las mayores especialistas a nivel mundial en "Mecánica de Combustibles Fluidos". Reconocido internacionalmente y autor de más de 130 publicaciones, así como profesor brillantísimo y miembro de la Real Academia de las Ciencias.
Pero no vamos a hablar, (que ya lo hemos hecho), de don Amable Liñán. Pretendemos hacerlo de un trabazudo nacido en nuestro pueblo en el lejano 1857. Nos referimos a don Aniceto Domínguez Prieto que se casó y vivió a partir de los 26 años en Quintanilla de Losada, en dónde tiene familiares directos (nietos), siendo en Trabazos sus familiares los descendientes de Francisco Domínguez y otras familias entroncadas con ellos.
La historia de AnicetoDomínguez es la de un chico analfabeto, como muchos, que en 1877 le toca el servicio militar obligatorio en Filipinas, posesión y colonia en aquellos años de España.
Por razones que se desconocen nuestro paisano realizó su servicio en el Regimiento de Sanidad, aprendiendo rápidamante a escribir y leer, así como los rudimentos y principios de la diagnósis en las enfermedades más comunes y su tratamiento clínico, medicinal e incluso quirúrgico. Su aplicación fue tan brillante que, al terminar su periodo de mili, el Capitán Médico le dio un certificado oficial que le facultaba para desarrollar trabajos de medicina a cierto nivel.
Estos conocimientos y la habilidad y precaución de Aniceto Domínguez, que trajo de Filipinas semillas de opio y adormidera, le permitieron un trabajo, ya asentado y casado en Quintanilla de Losada, de prácticas médicas, quirúrgicas ("sacamuelas") y medicamentosas, empleando en ello "sellos" y "bebidos" con la flor de la adormidera y el opio, que quitaban el dolor y hacían posibles estas acciones en una época remota y sin posibilidad de cosa parecida.
Su trabajo famoso le llevó a ser el "visitador médico" oficial de los ayuntamientos de Encinedo y Castrillo, siempre a caballo y con una hermosa y puntiaguda barba calificada por el maestro de Trabazos - don Salvador - , casado con la tía Cándida, como "barbas de beche". Esta barba y su bata, llamada "mandilón", llevó al maestro a dedicarle esta rima picajosa, que Aniceto aceptaba de buena manera:
"A Aniceto el Mandilón
con todos sus malandrines,
al pasar por la mía puerta
tamblábanlle los cuadriles".
Los datos apuntados, con algún añadido de cosecha propia y de recuerdos de mis padres, tios y abuelos, los he recogido del delicioso libro "La Cancilla Cerrada" - Ensayos de Despedida - de Manolo Garrido, sacerdote ilustrado, fecundo creador de varios libros, fundador de la recordada revista el Serano y, a parte de buen amigo, expertísimo conocedor de la Cabrera, su historia y sus gentes. Hace pocos años que se nos fue a Ponferrada, en donde realiza su labor pastoral en la Iglesia de San Antonio, haciendo viajes siempre que puede a la Cabrera. Recomiendo sus libros, que podéis encontrar - a falta de librerías - en el Hotel Virgen de Biforcos de Quintanilla, Mesón el Abuelo de Encinedo y en otros.
La fotografía, (en la parte derecha) refleja la casa que conocemos como del "tío Miguiel y la tía Andreya", y que se supone que lo fue tambien de nuestro referido e ilustre Aniceto Domínguez Prieto, siendo la de la izquierda del "tío Nimesio y la tía Heilena"