jueves, 9 de enero de 2014

Los tiempos y las gentes...




Cuando la paz, la quietud y el silencio reinan por estos parajes, pero mirando atrás en el tiempo hasta poblarlos de melancólicos sonidos con sus ganados y sus gentes, es fácil tener visarueñas (ver lo inexistente) de un pasado no lejano.
De una manera mucho más silenciosa, sin la resonancia de las voces y ecos por los montes y valles, pero imaginándonos tal situación en el tiempo, queden aquí unas cuantas más de esas ingeniosas pullas que se dedicaban los unos a los otros, o los unos a las otras , principalmente:

*¡Oye! ahí te va una pulla por debajo de un escambrón, que tu madre era una puta y tu padre un cabrón.

*-¡Oye! aunque tu padre me diera la huerta y el palomar, no me casaría contigo, patas tuertas mal andar.
  -¡oye! aunque tu padre me diera las mulas y el macho rojo, no me casaría contigo porque eres tuerto de un ojo.

*¡Oye! ahí te va una pulla por debajo de un subiau (zarza), así te arrabuñe (arañe)  y te quede bien esmurniau (herido).   

* ¡Oye! ahí te va una pulla con bastante aceite, pa que entre bien y esté al caliente.   
  -¡Oye! yo no siento el dicho, si no el tonto que lo ha dicho.

* -¡Oye! debajo del sobaco llevo un concho (nuez), si me contestas es que sos tonto.
 
* -¡Oye! ¿Cuáles comen más, las blancas o las negras? (las ovejas).
   -Todas llevan la merienda juntas y un cuerno de punta pa joder al que pregunta.

Un saludo para todos.

Emiliano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No conocía ninguna de las pullas y buscando he visto que has hecho un verdadero diccionario de ellas.

jeronimo carrera dijo...

Lo he leído en algun sitio. Igual que "rebecar" era una licencia para tocarle las tetas, y otras cosas, a las mozas; a veces con agrado de la tocada y a veces no, las "pullas" eran otra forma o licencia de usar un lenguaje procaz y desvergonzado que de otro modo no estaría bien visto.