miércoles, 27 de abril de 2011

El "conceyo" o concejo.



Aun cuando yo no recuerdo una diferenciación entre Acuerdo y Concejo, oyendo siempre el término "Conceyo" para referirse tanto a las reuniones como para la realización de los propios trabajos acordados, y después de hablar con otras personas al respecto, todo indica que esa diferencia existía.

El Acuerdo podemos definirlo como la reunión del "Conceyo", es decir, de los vecinos convocados por el presidente de la junta vecinal y representados por el cabeza de familia o persona capaz para el trabajo, para deliberar y decidir sobre temas comunes, que una vez aprobados eran norma a respetar por todos. Las ordenanzas eran de obligado cumplimiento aunque no todas estuvieran escritas, pues muchas eran costumbres que se repetían año tras año (aprovechamiento de pastos, reparación de “mouyones”, el riego, la “veceira”, etc.). Se pasaba lista o "recuento" y sancionaba la no asistencia, a menos que estuviera justificada.

También comprendía acordar los trabajos propios de la comunidad para el mantenimiento de sus bienes (caminos, presas de riego, el molino, la iglesia, fincas etc.) que luego se hacían en el Concejo; así como para informar de avisos y requerimientos de otras Administraciones, haciéndolo habitualmente los domingos a la salida de misa.

El "conceyo" o concejo era el encargado de la realización de los trabajos acordados, representado por el presidente y dos vocales, con el conjunto de los vecinos. La no asistencia era sancionada con una cantidad de dinero (el jornal) u otras formas como la cántara o garrafón (16 litros) de vino, que se consumía en el propio concejo.

Era una Entidad organizada administrativa y jurídicamente, conservando por tanto cierta independencia frente a otros organismos. En los últimos años, sus funciones se han reducido al mínimo, pues hay necesidades pero poca población.

Siempre fue un referente dentro del pueblo, representando el compromiso y la solidaridad como valores identificativos de la comunidad, del trabajo en y por el común, pues era algo imprescindible para la propia pervivencia del pueblo y sus gentes. Un ejemplo eran las "bouzas", parcelas de monte que se limpiaban y trabajaban, repartiendo la cosecha entre varios vecinos, suponiendo una ayuda más para las maltrechas arcas. Esto llegaba incluso hasta el último viaje, la muerte, pues todos los vecinos tenían la obligación de enterrar a los difuntos, haciéndolo cuatro de ellos por turno “la velía”; a la familia se le ayudaba con la "limosna". También funcionaba en momentos de necesidad para ayudar a un vecino por enfermedad u otra desgracia.

Se puede tomar como un referente político, pues la democracia siempre estuvo presente en su funcionamiento. Si bien todas las opiniones eran tenidas en cuenta, recuerdo que había algunas personas especialmente dotadas para mediar y facilitar el acuerdo.

Como norma, había un sitio fijo para la reunión, que en Trabazos era el Cristo, al lado de la ermita. Aparte de estar en el centro del pueblo, el nombre le viene bien si tenemos en cuenta que algún "cristo" se formaba alguna vez, pues no todo era paz y armonía.

Como señal de aviso se tocaba la campana grande de la iglesia, siendo un toque específico ya mencionado en otra ocasión.

La evolución social y cultural nos ha llevado a un mayor individualismo, perdiéndose parte de esas costumbres tan importantes en su tiempo y arraigadas en el pueblo. En fin, yo creo que sigue quedando parte de lo que vimos y aprendimos.

Por sus acertados comentarios en este y otros temas, quiero dar las gracias a mi hermano Moisés, todos tenemos cosas que aportar.

Un saludo para todos.

Emiliano

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