sábado, 26 de febrero de 2011

Costumbres

Entre las muchas y curiosas costumbres que había en Trabazos y demás pueblos de Cabrera, estaba la de "pagar el piso". Consistía en que el novio cuando era forastero, tenía que pagar un convite a los mozos del pueblo de la novia, hecho éste que no siempre lo libraba de acabar metido dentro de un pilón de agua. Esto era más habitual en unos pueblos que en otros, no recordándolo yo en Trabazos. No sé hasta qué punto sería usado como método disuasorio, aunque, a la hora de ofrecerse a una moza para "allumarye" o acompañarla a casa con una luz, pudiera ser un detalle a tener en cuenta.

Quién sabe si alguno-a de ellos-as aplicaba en estas situaciones aquella coplilla que dice así:

"En mi puerta chameste

y estornudeste,

eillí estaba yo entoncias,

¿como nun entreste?.

Lo más frecuente eran los matrimonios entre mozos y mozas del mismo pueblo; pero en cualquier caso, si la relación de la pareja llegaba al altar, harían el evento y la fiesta en función de los posibles de las familias. Cuando esos posibles lo hacían posible, llevaban a cabo la "tornaboda", que consistía en repetir al día siguiente en la fiesta con sus bailes y convite.

Claro que para llegar ahí, como norma, tenían que pasar la prueba de los "ploclamos" o proclamas, pues algunas veces les era otorgada dispensa por parte del obispo; éstas eran leídas por el sacerdote en la iglesia durante tres domingos consecutivos. Consistían en algo así: "pretenden contraer matrimonio (leían los nombres de los novios); si alguno de los aquí presentes conociese algún impedimento, tiene la obligación de decirlo..." citando luego el número de amonestación. Siempre buscaban el elemento sorpresa en cuanto al día, aunque no siempre lo consiguieran. Una muestra de ello era, quizá, cuando le "echaban el rastro". Consistía en que los mozos hacían un rastro o senda de paja desde la puerta de la casa del novio hasta la de la casa de la novia, quedando al descubierto las intenciones inminentes de la boda.

Como la era virtual estaba un poco lejana, el contacto visual facilitaría las comunicaciones y declaraciones amorosas, siendo tal vez más directas y personales, donde el entorno tendría su importancia. A mi me llama la atención una, quizá por extrema, donde la comunicación era más que mínima y los gestos la señal definitiva. No sé si utilizada en Trabazos, consistía en algo así: "el mozo iba a casa de la moza con una banqueta, si al sentarse a su lado ella no se iba, era que daba su conformidad".

Curiosas costumbres, a ver si alguno-a recuerda y comparte cosillinas, anécdotas, costumbres, etc. Mirar en el baúl, seguro que hay muchas. Animaros.

La foto es del año 1963 (buen año). Gracias Jose, Josefina Cañal Carrera por facilitárnosla. Seguramente algún visitante del blog se reconoce en ella.

Un abrazo para todos.

Emiliano


1 comentario:

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

Formidable, tanto la fantástica fotografía como el documento !. Reconozco a todos los mozos, menos a uno y me faltan tres, (tal vez dos), mozas por concretar.
Has vuelto a dar en la diana. ¡ Enhorabuena, Emiliano !.
Jerónimo