lunes, 22 de febrero de 2010

Isidora Rodera Rodera

























(Las fotografías se corresponden: la segunda con Isidora Rodera Rodera, enviada por su hija pequeña Nora (Dra. Nora), y la primera con Diotina Carrera, fotografía enviada por Ángela, hermana mayor de Nora.)

Ha llegado hasta nosotros, gracias a la información de sus hijas Nélida, Nora y Ángela, la hermosa historia de su madre Isidora Rodera Rodera, nacida en Trabazos y con relaciones familiares con algunos de nuestros contertulios en este blog.

Isidora, según estos datos, nació en Trabazos en 1915. Era hija de Ángela Rodera, (hermana de la abuela de Adrián y Leonardo) y de Casiano Rodera.

Fruto de este matrimonio nacieron dos hijos: Isidora e Isidro. A Isidro lo recuerda bien mi tía Lucinda, que vive en Bahía Blanca. Se cree que falleció al terminar la guerra civil española.

El fallecimiento de Ángela, (madre de Isidora y de Isidro), siendo muy joven, supuso que la madre de ésta, Úrsula, se hiciera cargo de su nieta Isidora. Con su abuela vivió en Trabazos trece años hasta que el 6 de noviembre de 1928, en el barco denominado Highland, salió del puerto de Vigo camino de Buenos Aires. El destino de Isidora era la casa de su tios Ana Rodera y Amaro Carrera, abuelos éstos de Adrián y Leonardo, que en el pueblo de Cabildo criaban a su numerosa familia de nueve hijos. Es, como ya he comentado en otro post, un acto de valores familiares, valentía y responsabilidad llevados hasta el fin.

Me ha emocionado esta historia familiar, tan unida a nuestro pueblo de Trabazos, dando las gracias a sus hijas por hacérnosla llegar y permitir que la hagamos pública en este blog.
Según me comenta Ángela Colino Rodera, hija de Isidora, con su madre viajó hasta Buenos Aires una prima llamada Diotina Carrera. Al llegar al puerto de Buenos Aires, como solía ser habitual, una familia de la alta sociedad se acercó y le ofreció trabajo doméstico que Diotina aceptó, habiendo vivido hasta su muerte con ellos. Desconocemos el origen familiar de Diotina, aunque sabemos que dejó en Trabazos a una hermana llamada Isabel, con una grave enfermedad mental, que obligó su internamiento en un centro público.
Agradezco la confianza de las hijas de Isidora: NELIDA, NORA Y ANGELA, al hacernos partícipes de esta historia que dejamos reflejada en el Blog de Trabazos, como testimonio de recuerdo y afecto.
Jerónimo Carrera

domingo, 14 de febrero de 2010

San Antonio y la ñiña



Ya hemos contado en alguna ocasión sobre San Antonio y la devoción que en el pueblo le profesaban, como gran protector de animales y también de personas.
Hay una leyenda en Trabazos sobre él y una pequeña niña que se perdió en el monte. Cuenta que tras partir en la mañana junto a los pastores con los rebaños, no regresó con ellos por la noche. Como buena comunidad y después de arresponsiarla, todos salieron en su búsqueda con gran preocupación, encontrándola después de tres días refugiada bajo unas “peñas” o rocas en los “sestiles” (lugar donde sestea o “rundieya” el ganado) de “Cubiellas”. Su aspecto era estupendo y no estaba nada asustada. Ante la insistencia de todos con sus preguntas, les contó que un viejo de barba blanca y con bastón o “caxota” le daba todos los días de comer y la cuidaba, protegiéndola de los lobos. Nadie sabía quien podía ser aquel hombre, ante lo cual, el maestro del pueblo le fue enseñando en los libros figuras de diferentes santos, por ver si reconocía entre ellos a su protector, pero no fue así. Cuando llegó el domingo fue a misa como de costumbre, y nada más entrar en la iglesia comenzó a gritar: “mirade, yía él, yía él”, “aciñando” o señalando a San Antonio, con su barba blanca y su bastón, situado en el retablo.
Una vez más, queda patente la vinculación de este santo con el pueblo. Tal vez por ello, la fiesta que todos los años se celebraba era importante. Dos vecinos recogían los distintos y variados artículos que cada cual podía aportar (garbanzos, lana, huevos, patas de cerdo, etc.), subastándolo luego en compañía de un garrafón de vino y alguna vianda, todo amenizado por Joaquín de Odollo, también conocido como “Xiruto” con su flauta y tamboril (que yo recuerde). Quien sabe si también incluyendo aquella coplilla que don Manuel le contó a don Ramón Carnicer en el correr de los años 60, dice así:

“Este vino es tan sutil
que por las venas se mete
y de una luz hace siete,
y de siete, siete mil”

Seguramente que al finalizar el baile, algún mozo se dirigía gentilmente a alguna moza para preguntarle: ¿allúmote? ofreciéndose a iluminar con su buena linterna y su compañía en la vuelta a casa.

Saludos para todos.

Emiliano

domingo, 7 de febrero de 2010

Mucho camino pendiente



Faltan muchos temas para incluir en el blog. Parece como si se hubiera agotado el filón, pero estamos en el primer recodo del camino.

Podremos continuar con la labor de Emiliano, escudriñando en los viejos dichos y refranes. Nos faltan todas aquellas historias que pasaron de boca en boca.

Aún no hemos centrado bien el viejo pueblo ni escudriñado en su cambio de ubicación.

No hemos hablado de las veceiras, de las cuadriellas, de los conceyos, de las velías y de tantas y tantas cosas que interesa no perder.

Los amigos de Argentina han dado al blog un nuevo cometido, una nueva razón de ser. Ellos, herederos de aquellos que emigraron, tienen más derecho que nosotros para utilizar el blog en sus contactos y en sus encuentros. Este blog es vuestro, no lo dudéis.

Falta escudriñar en los habitantes de cada casa. Tenemos personas en el pueblo con buena memoria que nos pueden ayudar. De este modo no se perderá para siempre el recuerdo de las viejas casas y sus habitantes.

Falta enunciar y explicar, si es posible, los nombres cabreireses de los prados, las cortinas, los huertos, los barrios, los montes, los valles...

Debemos incluir fotografías, aunque los temas se repitan. Esas viejas casas de piedra y pizarra, esos balcones y solanas. Los hornos, las chimeneas, etc...

Falta tanto por hacer, tanto por estudiar que toda ayuda será necesaria, buena y bien recibida.

Un fuerte abrazo

Jerónimo