El "Calangrión" es una zona del pueblo, hoy una verdadera maraña de broza y árboles caídos, desconocida para una buena parte de las personas que visitan el pueblo. No hace tanto que aquí tenían mis padres un huerto, hoy lleno de maleza, en el que plantaban las "coulinas", (berza de palo alto), tan apropiadas para el caldo. Y aquí había un "teixu" utilizado para los enramados del Domingo de Ramos.
La mayor parte de su extensión era propiedad de la familia de Amparo, con distintos huertos aterrazados y una hermosa casa con su forno adosado a la pared y una chimenea que, aún hoy, sueña con tiempos pasados mejores. Aquí, en esta casa, durante algunos años, se ubicó la escuela de Trabazos. Era el maestro Benigno Cañal, padre de Antonia también maestra y marido de Amparo; hermano de mi abuelo materno Ezequías Cañal.
Pasados los años, lo recuerdo muy bien, aquí amasaba y cocía el pan mi madre. Son recuerdos que se mezclan con la añoranza de un ayer, los olores del pan recién cocido, el misterio del lugar y un hoy lleno de abandono.
No es nada fácil conocer el significado de "calangrión". Me decía mi buen amigo Manolo, el cura, que "calangrión" viene a significar zona boscosa y que produce temor. Ciertamente fue y sigue siendo una zoma llena de arboleda, que mira hacia "Llamadeita", "Arbiyales", el "Cañal", el "Pedrazal", con la gran mole de la "Fraga" a la derecha y, al fondo, el vecino pueblo de Encinedo.
En una reciente visita, con un acceso dificultoso, pude sacar algunas fotografías. Cerrando los ojos y echando a volar la imaginación, bien podría escuchar los murmullos de las niñas y niños en su escuela, el ruido acompasado de las "piñeiras" en su vaivén, cerniendo la "fariña", el humo caracoleando en la chimenea y el olor de ese pan recien cocido.
Si puedes visitar el "Calangrión", házlo, y no te olvides que, en esta zona tan recóndita, hubo vida y sabiduría en años no tan lejanos.
Un cordial y melancólico saludo.
Jerónimo Carrera Cañal