domingo, 8 de febrero de 2009

EL CULLEITIZO

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Magia, conjuros, supersticiones, su presencia es antigua en las costumbres relacionadas con la enfermedad y su posible curación. Ya en la mitología griega se llevaba a los enfermos mentales a los cruces de caminos, para que la diosa Hécate los sanase. El culleitizo era un mal misterioso, una enfermedad de los niños sin un significado concreto, pues se refería a cualquier enfermedad infantil. Algunas veces relacionada con los problemas de malnutrición, otras con una especie de mal de ojo, en ocasiones por el contacto con alguna alimaña, sobre todo lobo y zorro, bien directamente el niño o un pastor que llegara del monte y habiendo visto algún animal salvaje pasara cerca del rapaz, en este caso era el culleitizo de monte. Para curarlo había varios métodos. Uno de ellos consistía en llevar al niño a la “corte” o cuadra de los cerdos, siendo estos tres, y pasarlo por el “cubil” (zona donde dormían los cerdos) diciendo el siguiente conjuro: “Culleitizo malo marcha d’eiquí, quel cubil del cocho vai tras de ti” Otro remedio consistía en colocar al niño encima de la masa para hacer el pan, dentro de la “maseira”, tapándolo con una manta; si el niño se despertaba a la vez que la masa, se le suponía curado. Un remedio más para curar el culleitizo, consistía en colocar al niño en el suelo, durante las procesiones, pasando por encima algún santo o el Palio con el Sacerdote. En fin, supongo que estos solamente son algunos de otros muchos ejemplos, la eficacia o no de los métodos ya es otra cosa.
 
Emiliano

1 comentario:

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

El tema del "culleitizo" es algo que flota en la vieja tradición y que ha sido un acierto incluir en el blog. A mi personalmente el modo de curación que más me gusta es el de acostar al niño encima de la masa de pan y que despierten juntos. Lo de la cuadra de los cerdos y su número es muy enigmático.
Me parece recordar otra manera de quitar el "culleitizo", unido al pan, y es aquella en la que se ponía al niño encima de la pala de meter las fogazas, enfrente de la boca del forno -, en una jornada de cocción del pan, y se decían aquellas palabras:
"Culleitizo al forno irás
y eiquí ñon volverás".
Enhorabuena !.
Un abrazo. Jerónimo