martes, 11 de noviembre de 2008

EL HORNO "FORNO"




Aunque hoy ya no se utilicen, eran numerosos los hornos “fornos” en Trabazos. Primero eran los integrados en las viviendas (como en las fotos), que supongo por falta de espacio eran pequeños, circunstancia que se resolvía colocándole una especie de baldas “llourigos”, pizarras grandes “llouxas” que iban colocadas de forma alterna sobre las paredes del horno, donde se colocaban las hogazas “fogazas” para la cocción. La construcción era circular, con piedra y barro (materiales únicos en la construcción junto a la madera), unas veces exterior adosado a la casa y otras interior dentro de la cocina “de llume”. Luego fueron los construidos de manera independiente, normalmente por un vecino, aunque también estaba el de La Canal (ya no existe) que pertenecía a varios. Estos eran mayores, prescindiendo de los “llourigos”, cogiendo unas doce hermosas hogazas por hornada.

Había que calentar “arroxar” el horno utilizando leña de roble o encina, que muchas veces había servido para que el ganado comiera la hoja seca en el invierno, cuando la nieve no permitía salir de la cuadra “corte”, la brasa se esparcía con un palo largo “furganeiro” para que calentase toda la base. Mientras, se hacía la masa (tarea de la mujer) para que fuese fermentando hasta despertar, utilizando el “fermiento” (trozo de masa de la última hornada) como levadura, este se solía prestar unos a otros para que estuviera más reciente y no acedara. Las hogazas eran de un buen tamaño (unos dos kilos), por lo que se conservaban mejor durante las dos semanas que llegaban a durar. La empanada era otra pieza importante ese día, con su tocino, chorizo y acelgas (que rica).
Cuando todo estaba listo (horno, hogazas y empanada) se metía el pan con la pala de madera, removiendo de vez en cuando las hogazas y comprobando después de un tiempo el estado de cocción, para lo que se sacaba una hogaza y se le daban unos golpes, valorando el sonido que hacía.
Cuando se terminaba el pan y por algún motivo no se podía amasar, se pedía prestada una hogaza a otro vecino, ya que era uno de los alimentos básicos de que se disponía. Luego se le devolvía la hogaza recién horneada (por supuesto).


Emiliano

1 comentario:

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

Cuando se pedía prestada una "fogaza" podía ocurrir que te la dieran "aceda" y mal cocida, cosa que ocurría en algunos casos. Tu, sin embargo, debías devolver una "fogaza" recien salida del forno, tierna y esponjosa.
Como hijo de Lidia debería callarme, pero no lo haré y maniestaré aquí que hacía un pan inmejorable, bien valorado por los vecinos.....
Me vienen a la memoría olfativa aquellos efluvios que, cada vez que un vecino amasaba y cocía, envolvía al puebo, normalmente al atardecer, cuando íbamos a esperar el "ganao" a la canal.
¡ Cuantos recuerdos......!
Emiliano, has vuelto a dar en la diana. A ver si se animan Maite, Dori y Elías, que ultimamente están muy silenciosos. Y todos esos "trabazudos" de la penumbra con tantas cosas que compartir....
Un fuerte abrazo.
Jerónimo