sábado, 16 de febrero de 2008

Un cabreirés notable de Trabazos


En Trabazos, por lo que conocemos, no podemos presumir de un premio Príncipe de Asturias, año 1997, como don Amable Liñán Martínez, nacido en Noceda y, después de unos años de niñez en la Maragatería, trasladado a Madrid en donde realizaría una brillante carrera como Dóctor Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnca. Estamos hablando de uno de las mayores especialistas a nivel mundial en "Mecánica de Combustibles Fluidos". Reconocido internacionalmente y autor de más de 130 publicaciones, así como profesor brillantísimo y miembro de la Real Academia de las Ciencias.

Pero no vamos a hablar, (que ya lo hemos hecho), de don Amable Liñán. Pretendemos hacerlo de un trabazudo nacido en nuestro pueblo en el lejano 1857. Nos referimos a don Aniceto Domínguez Prieto que se casó y vivió a partir de los 26 años en Quintanilla de Losada, en dónde tiene familiares directos (nietos), siendo en Trabazos sus familiares los descendientes de Francisco Domínguez y otras familias entroncadas con ellos.

La historia de AnicetoDomínguez es la de un chico analfabeto, como muchos, que en 1877 le toca el servicio militar obligatorio en Filipinas, posesión y colonia en aquellos años de España.

Por razones que se desconocen nuestro paisano realizó su servicio en el Regimiento de Sanidad, aprendiendo rápidamante a escribir y leer, así como los rudimentos y principios de la diagnósis en las enfermedades más comunes y su tratamiento clínico, medicinal e incluso quirúrgico. Su aplicación fue tan brillante que, al terminar su periodo de mili, el Capitán Médico le dio un certificado oficial que le facultaba para desarrollar trabajos de medicina a cierto nivel.

Estos conocimientos y la habilidad y precaución de Aniceto Domínguez, que trajo de Filipinas semillas de opio y adormidera, le permitieron un trabajo, ya asentado y casado en Quintanilla de Losada, de prácticas médicas, quirúrgicas ("sacamuelas") y medicamentosas, empleando en ello "sellos" y "bebidos" con la flor de la adormidera y el opio, que quitaban el dolor y hacían posibles estas acciones en una época remota y sin posibilidad de cosa parecida.

Su trabajo famoso le llevó a ser el "visitador médico" oficial de los ayuntamientos de Encinedo y Castrillo, siempre a caballo y con una hermosa y puntiaguda barba calificada por el maestro de Trabazos - don Salvador - , casado con la tía Cándida, como "barbas de beche". Esta barba y su bata, llamada "mandilón", llevó al maestro a dedicarle esta rima picajosa, que Aniceto aceptaba de buena manera:

"A Aniceto el Mandilón
con todos sus malandrines,
al pasar por la mía puerta
tamblábanlle los cuadriles".

Los datos apuntados, con algún añadido de cosecha propia y de recuerdos de mis padres, tios y abuelos, los he recogido del delicioso libro "La Cancilla Cerrada" - Ensayos de Despedida - de Manolo Garrido, sacerdote ilustrado, fecundo creador de varios libros, fundador de la recordada revista el Serano y, a parte de buen amigo, expertísimo conocedor de la Cabrera, su historia y sus gentes. Hace pocos años que se nos fue a Ponferrada, en donde realiza su labor pastoral en la Iglesia de San Antonio, haciendo viajes siempre que puede a la Cabrera. Recomiendo sus libros, que podéis encontrar - a falta de librerías - en el Hotel Virgen de Biforcos de Quintanilla, Mesón el Abuelo de Encinedo y en otros.

La fotografía, (en la parte derecha) refleja la casa que conocemos como del "tío Miguiel y la tía Andreya", y que se supone que lo fue tambien de nuestro referido e ilustre Aniceto Domínguez Prieto, siendo la de la izquierda del "tío Nimesio y la tía Heilena"

7 comentarios:

Unknown dijo...

Interesantísimo tu artículo! Cuánta gente sabia que había, aunque sin recursos, que si los hubieran tenido y se hubieran podido estudiar, cuánto hubieran dado que hablar! Unos amigos de Burbia (los Ancares) nos regalaron un libro "Donde las Urdes se llaman Cabrera", de Ramón Carnicer. Menciona sólo de pasada a Trabazos, y explica el viaje de su autor por la Cabrera en los años 50. Es impresionante. A la gente de la Cabrera no le gustó en su época (recuerdo gente mayor diciendo: mira aquel que vino por aquí a hacer un libro y para lo que luego hizo...) pero a mi me parece un tesoro histórico que refleja la vida de aquella época.

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

El libro - "Donde las Hurdes se llaman Cabrera" - del recientemente fallecido Ramón Carnicer, con el que mantuve una larga relación epistolar y que me recibió en Barcelona, en los años 70, manteniendo una charla muy interesante, es uno de mis "fetiches". Siempre tengo alguno para regalar a los amigos. Se editó a mediados de los 60 por primera vez en Seix Barral, y actualmente lo podéis encontrar en la colección "Los Breviarios de la Calle del Pez" de la Ecma. Diputación de León. La librería Pastor en León capital casi siempre lo tiene. Conozco muy bien el libro y el resto de la obra del magnífico escritor y profesor de la universidad de Barcelona Ramón Carnicer. Incluso me han editado en el Diario de León, en mi etapa laboral leonesa del 90 al 99, algún articulillo sobre éste. Hoy para muchos cabreireses, tanto el libro como su autor, son una referencia de valor incalculable. En su día causó una gran conmoción, sobre todo en las autoridades civiles y eclesiásticas de la província. Fue el primer toque de atención hacia nuestra abandonada y totalmente olvidada entonces comarca. Nunca seremos lo suficientemente agradecidos a la labor del escritor y su efecto positivo a medio-largo plazo.
Me alegro que os haya gustado el artículo. Es totalmente verídico, aunque desconocido por la mayor parte de la gente. ¡ Han pasado tantos años !.

Xepe dijo...

Gracias por publicar este artículo. Me ha emocionado mucho ya que en él hablas de mi bisabuelo Aniceto. Siempre recordaré las historias que contaba mi abuela Graciana sobre su padre. Ella contaba que su padre tuvo que ir a hacer el servicio militar a Filipinas sin saber leer ni escribir. Estando allí pidió a sus compañeros ayuda para escribir una carta a sus familiares. Sus compañeros rieron al comprobar que Aniceto era Analfabeto. Esto le produjo tanta rabia e impotencia que a partir de ese día pasó todas las noches estudiando hasta que consiguió aprender a leer y a escribir. Durante las horas de estudio tenía escasa luz y tenía que gastarse gran parte de su minúscula paga de soldado en velas que cada noche iluminaban sus cuadernos de texto. Una vez que por voluntad propia dejo de ser analfabeto, su tesón y esfuerzo le llevó a estudiar medicina militar y conseguir el correspondiente título. Desgraciadamente ningún descendiente hemos continuado sus pasos en el área de la medicina, aunque mi abuela sí ayudó en ocasiones a Aniceto poniendo, por ejemplo, inyecciones.
Otra anécdota curiosa para el lugar (Cabrera, León)y la época (principios de siglo XX)fue que en mi casa familiar de Quintanilla de Losada hubiera una bañera. Lejos de utilizarse como un artículo de lujo, en una zona antaño tan deprimida económicamente, esta bañera fue utilizada por mi bisabuelo para bañar a los enfermos en agua heladoramente fría, bajando así la fiebre que les aquejaba y podía incluso llevarles a la muerte.

Un abrazo,

Jose Valle Carrera.

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

Muy interesante tu comentario, José Valle Carrera, y muy ilustrativo de las inquietudes de tu bisabuelo. Desde la perpectiva del siglo XXI parece increible que una persona sencilla llegara a tener y practicar unos conocimientos que, aún hoy, nos sorprenden.
Un fuerte abrazo.
Jerónimo

Mercedes Dominguez Osorio dijo...

Como a Jose Valle me llena de orgullo encontrarme en la Red algo relacionado con mi familia. Yo tambien soy biznieta de Don Aniceto como le llamaban, pues paso de ser un anafabeto a ser el "matasanos"de la comarca.
Esta historia me ha contado mi padre millones de veces.
Además os contaré otra cosa sobre Don Aniceto, fue el primero en tener luz electrica en Quintanilla de Losada, y posiblemente de toda La Cabrera.
El molino donde se producía la electricidad se llama La Maquila y todavía queda algún resto de él.
Un saludo.

Este es un bello pueblo cabreirés: Trabazos dijo...

No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer a Mercedes Domínguez Osorio, así como a José Valle Carrera, por sus comentarios en este blog. Me sigue sorprendiendo y admirando la capacidad de ese antiguo cabreirés, pariente vuestro y paisano de Trabazos mío, en unos tiempos remotos. Lo de la electricidad, así como el uso médico de la bañera, es algo digno de reseñar. Si quisiérais ampliar la información de este insigne personaje, a parte de este blog, pongo mi e-mail a vuestra disposición, (jeronimocarrera@yahoo.es). Un fuerte abrazo. Jerónimo Carrera

Anónimo dijo...

Como cabreiresa y profesional de la sanidad me gustaria saber la composición de los famosos "sellos" que recetaba Don Aniceto,¿alguien de su entorno le explicaron algo?,la leyenda hablaba de un opiaceo que él cultibaba,traido de las lejanas tierras de Filipinas,mi creencia es que utilizaba alguna planta local.Gracias.LUCY